64/365 El sol


A plena luz de sol sucede el día,

el día sol, el silencioso sello

extendido en los campos del camino.

Yo soy un hombre luz, con tanta rosa,

con tanta claridad destinada

que llegaré a morirme de fulgor.

Y no divido el mundo en dos mitades,

en dos esferas negras o amarillas

sino que lo mantengo a plena luz

como una sola uva de topacio.

Hace tiempo, allá lejos,

puse los pies en un país tan claro

que hasta la noche era fosforescente

sigo oyendo el rumor de aquella luz,

ámbar redondo es todo el cielo

el azúcar azul sube del mar.

Otra vez, ya se sabe, y para siempre

sumo y agrego luz al patriotismo

mis deberes son duramente diurnos

debo entregar y abrir nuevas ventanas,

establecer la claridad invicta

y aunque no me comprendan, continuar

mi propaganda de cristalería.

No sé por qué le toca a un enlutado

de origen, a un producto del invierno,

a un provinciano con olor a lluvia

esta reverberante profesión.

A veces pienso imitar la humildad

y pedir que perdonen mi alegría

pero no tengo tiempo, es necesario

llegar temprano y correr a otra parte

sin más motivo que la luz de hoy,

mi propia luz o la luz de la noche

:y cuando ya extendí la claridad

en ese punto o en otro cualquiera

me dicen que está oscuro en el Perú,

que no salió la luz en Patagonia.

Y sin poder dormir debo partir.

para qué aprendería a transparente!

Hoy, este abierto mediodía vuela

con todas las abejas de la luz,

es una sola copa la distancia,

al territorio claro de mi vida.

Y brilla el sol hacia Valparaíso.


Pablo Neruda

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