
Voy contra mi interés al confesarlo; 
no obstante, amada mía, 
pienso, cual tú, que una oda sólo es buena
 de un billete del Banco al dorso escrita. 
No faltará algún necio que al oírlo 
se haga cruces y diga: 
Mujer al fin del siglo diecinueve, 
material y prosaica... ¡Boberías! 
Voces que hacen correr cuatro poetas
que en invierno se embozan con la lira; 
¡Ladridos de los perros a la luna! 
Tú sabes y yo sé que en esta vida 
con genio es muy contado el que la escribe, 
y con oro cualquiera hace poesía.
G.A. Bécquer- Rima XXVI
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