Nombras el árbol, niña.
Y el árbol crece, lento y pleno,
anegando los aires,verde deslumbramiento
,hasta volvernos verde la mirada.
Nombras el cielo, niña.
Y el cielo azul, la nube blanca,
la luz de la mañana,
se meten en el pecho
hasta volverlo cielo y transparencia.
Nombras el agua, niña.
Y el agua brota, no sé dónde,
baña la tierra negra,
reverdece la flor, brilla en las hojas
y en húmedos vapores nos convierte.
No dices nada, niña.
Y nace del silencio
la vida en una ola
de música amarilla;
su dorada marea
nos alza a plenitudes,
nos vuelve a ser nosotros, extraviados.
¡Niña que me levanta y resucita!
¡Ola sin fin, sin límites, eterna!
Octavio Paz
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3 comentarios:
Una preciosidad de foto.
Besos.
Muchas gracias, Cris
La verdad es que la foto es muy buena. Me gustan mucho las fotografías y trato de disfrutar del bello arte de sacar fotos. Por eso tengo una memoria sd llena de las fotos que voy tomando en mi vida casi a diario
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