
...Pero no son los muertos
los que bailan, estoy seguro.
Los muertos están embebidos,
devorando sus propias manos.
Son los otros los que bailan
con el mascarón y su vihuela;
son los otros,
los borrachos de plata,
los hombres fríos,
los que crecen en el cruce
de los muslos y llamas duras,
los que buscan la lombriz
en el paisaje de las escaleras,
los que beben en el banco
lágrimas de niña muerta
o los que comen
por las esquinas diminutas
pirámides del alba...
Federico García Lorca
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