38/365 Barrio sin luz


¿Se va la poesía de las cosas
o no la puede condensar mi vida?
Ayer ? Mirando el último crepúsculo?
Yo era un manchón de musgo entre unas ruinas.
Las ciudades ?Hollines y venganzas?,l
a cochinada gris de los suburbios,
la oficina que encorva las espaldas,
el jefe de ojos turbios.
Sangre de un arrebol sobre los cerros,
sangre sobre las calles y las plazas,
dolor de corazones rotos,
podre de hastíos y de lágrimas.
Un río abraza el arrabal
como una mano helada que tienta en las tinieblas
sobre sus aguas se avergüenzan
de verse las estrellas.
Y las casas que esconden los deseos
detrás de las ventanas luminosas,
mientras afuera el viento
lleva un poco de barro a cada rosa...
Lejos... la bruma de las olvidanzas?
humos espesos, tajamares rotos?,
y el campo, ¡el campo verde!, en que jadean
los bueyes y los hombres sudorosos.
Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas,
mordiendo solo todas las tristezas,
como si el llanto fuera una semilla
y yo el único surco de la tierra

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